Entrevista a Miguel Aguerralde


(Entrevista realizada para la revista Ultratumba)

Miguel Aguerralde (Madrid, 1978) es un autor prolífico: ha publicado tres novelas (Claro de Luna, Noctámbulo y Los Ojos de Dios) y relatos en antologías (Taberna Espectral, Errores de percepción) y en la revista Ultratumba, en apenas dos años. Además, acaba de terminar la corrección de su nueva novela, que será publicada próximamente.

 1.       Hay un punto en el que dejas de ser sólo lector para convertirte en escritor, ¿cómo fue esa decisión en tu caso, qué hizo que un buen día decidieses escribir tú las historias en lugar de leerlas?

Recuerdo que en un verano, después de terminar la universidad y mientras intentaba preparar en la biblioteca las oposiciones de Magisterio, como me aburría tanto, la vista empezaba a írseme hacia las estanterías que me rodeaban. Con la perspectiva de casi un año por delante para estudiar, me puse a leer novelas. Leí un montón, sobretodo de Stephen King. Cada una me apasionaba más y poco a poco se fue formando la idea en mi cabeza de inventarme algún cuento de terror por mi cuenta. Y como siempre había tenido facilidad para imaginar historias, me puse a ello.

2.       A la hora de trabajar en una nueva novela, ¿cómo te gusta trabajar? ¿eres de los que deja que los personajes fluyan según escribes o prefieres tener todo planificado antes de empezar a escribir? ¿Escribes con música o sin ella? ¡cuéntanos tus manías!

Cada novela se escribe de una manera distinta. A veces entras en la piel de un personaje y él solo te lleva por donde inevitablemente lo haría de ser real. Otras veces quieres contar una historia concreta y esa historia elige a los personajes apropiados para explicarla. Nunca encorseto a mis personajes, ellos me ayudan a contar las historias, así que debo escucharlos.

Hay novelas que nacen por el final, aunque las cuentes desde el principio y lo interesante sea llegar a ese punto, pero lo más divertido es partir de un suceso, encontrar quien te ayude a contarlo y dejar que los personajes construyan la novela. Lo importante es aprender siempre algo de ellos.

La música para mí es fundamental como aislante. No la uso para escucharla sino para no escuchar nada más. Busco música instrumental, envolvente y en especial que me resulte cercana al ambiente en el que se mueve mi novela. No podría escribir Claro de Luna con la música de El Cascanueces, por ejemplo.

3.       Miguel, leyendo tus libros, en los que la novela negra y el terror se dan la mano, podemos adivinar tu gusto por ambos géneros como lector. ¿Podrías decirnos tus autores de referencia? ¿Qué lecturas recomendarías a los lectores como imprescindibles?

Tal vez tengo una fijación inusual por llegar al centro de las cosas, es decir al núcleo o esencia misma de una historia. Me cuesta no ver en la mayor parte de los cuentos de terror el alma de una novela negra. Crímenes, misterio, alguien que muere, otro alguien que lo investiga. Lo hacía Hammet en La Maldición de los Dain y lo hace King en cualquiera de sus novelas. El terror es girar un punto más la tuerca de la novela negra, en algún sentido.

El espíritu investigador y aventurero de las primeras novelas de Pérez Reverte me estímulo muchísimo, y la sordidez de Clive Barker me dejó sin aliento. Pero si tuviera que quedarme con unos pocos: Stephen King, Richard Matheson o José Carlos Somoza en cuanto a lo oscuro, junto a Thomas Harris, John Kazenback o Patricia Cornwell en lo policiaco. Y creo que cada vez digo autores diferentes. En fin, ¡me encanta que me engatusen y me hagan pensar!

4.       Además de darle a la tecla, también das charlas sobre cine y literatura. ¿Hasta qué punto ha influido tu afición al cine en tu forma de escribir?

Este punto a veces me ha supuesto un pequeño complejo a la hora de escribir, y es que en realidad, como resulta obvio, desconozco casi todo en literatura. He leído muchísimo pero menos y con menos variedad de la que debería. Mi forma de escribir, de concebir una novela es visualizarla. He crecido con el cine y la televisión, mucho más que con los libros. Cuando cuento una historia es porque estoy viéndola plano a plano en mi cabeza, lo cual no sé si es bueno o malo a la hora de transmitírsela a los demás.

5.       En tus dos primeras novelas, la acción sucede en las Islas Canarias y en la tercera en Madrid. ¿Por qué esos escenarios? ¿Crees que elegir lugares que el lector pueda identificar fácilmente ayuda a que se sientan más cercanos a lo que leen?

Estamos acostumbrados a leer novelas que suceden especialmente en Estados Unidos, casi siempre en lugares en los que nunca hemos pisado, y no por ello tenemos problema en identificarnos con ellos. Mis novelas suceden en Canarias, Madrid o donde toque en función de la historia que vaya a contar y de quién me la cuente a mí. Me siento cómodo escribiendo sobre los lugares que conozco porque me puedo explicar mejor, porque siento la historia más cercana. Y creo que eso se transmite al lector.

Es habitual leer ficción que sucede en Madrid, Barcelona o Málaga, sin ir más lejos. En Canarias hay una larga tradición de detectives y novela negra que sucede entre nuestras calles, ¡la verdad es que no es para menos! Y animo a todos a leer las novelas de Alexis Ravelo o José Luis Correa, entre otros. Descubrirán una ciudad de Las Palmas distinta y mucho más real.

6.        Claro de Luna es una novela policiaca en la que el vemos cómo la protagonista es testigo telefónico de un asesinato y cómo pasa a convertirse en víctima del acoso del asesino. Encontramos un elemento sobrenatural que va ligado a la protagonista y que es importante para la resolución de la trama. ¿Cómo fue el proceso de escritura de esta novela? ¿te resultó sencillo ir creando las pistas para que Luna las fuese descubriendo?

Escribir una novela negra al estilo policiaco más tradicional o hitchcockiano, si me permites, requería un mayor peso del suspense y la investigación que de la acción en sí. De manera que lo más importante en Claro de Luna era crear ese misterio, alentar la curiosidad del lector mediante una serie de pistas, contrapistas y cabos sueltos, de manera que al final todo encajase. Y crear esa cadena de descubrimientos, destapando lo justo pero nada más, resultó dificilísimo.  ¡Y para colmo no me bastaba con crear un villano al uso!

7.       Noctámbulonos presenta a un asesino a sueldo que trabaja para una misteriosa organización y que, además, resulta ser un vampiro. El modelo de vampiro que nos presentas es, afortunadamente, muy distinto a los vampiros que están de moda hoy en día, pero tiene elementos que le hacen un poco distinto del tradicional vampiro que no sale a la luz  del día. ¿Qué te llevó a crear a Sable de esa forma? ¿Has recibido críticas negativas por el hecho de que puede salir al sol?

Una vez más, el alma del libro, en este caso Noctámbulo, es la novela negra. Quería contar la historia de un asesino a sueldo, que vive en la confortable tranquilidad y bonanza de un trabajo sin ataduras y especialmente bien remunerado, al que de pronto todo se le complica. En algún momento se me antojó mezclar esa novela negra con un cuento de vampiros y ese sicario se convirtió además en un tipo que mata por necesidad y al que resulta imposible atrapar. El asesino perfecto, diría yo. Pero claro, Noctámbulo no es una novela vampírica tradicional ni Sable el vampiro acostumbrado, es un tipo solitario porque tiene un trabajo solitario y su existencia está en continuo peligro, no sale de día porque sale para matar, no deja de ser un humano transformado, con las mismas dudas, ansiedades y complejidades de cualquier tipo normal.

Afortunadamente todas las críticas, hasta ahora, hacia este vampiro humanizado han sido agradables. Supongo que como otros campos del fantástico, cada uno puede coger el mito vampírico y amoldarlo a sus gustos, lo vemos a menudo. Yo quería ponerme en la piel de un hombre normal al que le cambian la vida y no entiende cómo ni por qué, y deshacerme de supersticiones y mitología impostada durante cien años de cine tan fabuloso como manipulador de la tradición del no muerto.

8.      Los ojos de Dios, tu novela juvenil, nos presenta un Madrid apocalíptico en el que tras el anuncio de la llegada de un mesías llamado Siam, se inicia un enfrentamiento entre unos hombres de negro y el ejército español. Nuestros protagonistas deben luchar por sobrevivir en una aventura cargada de acción trepidante. ¿Te planteaste escribir el libro para un público juvenil desde el principio o tuviste que adaptar algo al final cuando la editorial decidió publicarlo para lectores a partir de 14 años?

En ningún momento tuve que hacer ningún cambio para adaptar Los Ojos de Dios a un público juvenil, la editorial nunca me pidió nada en ese sentido. Se trata de una novela iniciática, es la primera vez que me atrevía a escribir, y fruto de ese ansia de aventuras y de contar grandes misterios surgió una novela tan trepidante y divertida que quizá el juvenil sea el tipo de público que mejor le encaje. Afortunadamente la etiqueta juvenil no está haciendo más que abrir público a Los Ojos de Dios, pero no es raro que muchos lectores adultos me escriban diciéndome que es la que más les ha gustado de las tres.

9.       Tanto en Noctámbulo como en tu relato «Himeko», que apareció en la antología Taberna Espectral, podemos ver que hay bastante trabajo de investigación detrás de la narración. ¿cómo afrontas el proceso de búsqueda de información necesario para dar más veracidad al texto?

 Contar una historia no es sólo explicar una sucesión de acciones, debe tener sentido, coherencia y rigurosidad, aunque sea inventada. Para poner un ejemplo sencillo, no puedes escribir que el Cid celebraba sus victorias con un trago de ron o que comía patatas, siglos antes de su descubrimiento, ni decir que un tipo fue condenado a muerte en Michigan, porque allí no hay pena capital. Quiero decir que hasta para la más mínima constatación una novela, por imaginaria que sea, debe apoyarse en la coherencia. La historia en sí, además, te lo va pidiendo. Hay que hablar con propiedad, como dicen. No es lo mismo un mosquete que un arcabuz, ni lo usaban en la misma época, así como no es igual un corsario que un bucanero. Por supuesto siempre hay licencias e incluso géneros donde la investigación puede ser secundaria, pero si tu novela sucede en un contexto y en un entorno establecidos no puedes tirarte a la aventura. Es como poner a Russel Crowe a gritar a sus hombres ¡fuego! a la hora de disparar en Gladiator, le mirarían raro y saldrían corriendo.

Pues en literatura es así también. Para escribir Himeko, que sucede en Japón y en un hogar japonés medieval, qué menos que saber cómo se llamaban las cosas y qué elementos tenía. En Noctámbulo, para dar cuerpo e interés al mito vampírico, un repaso por la historia de la tradición «real» centroeuropea al respecto convierte la existencia de un no muerto hoy en día en algo muy poco paranormal.

Muchas veces las horas de investigación se traducen en un párrafo sobre el papel, pero es un párrafo -y un enfoque por parte del autor, sin el que es mejor no sentarse a escribir.

10.   Has participado en la Semana Negra de Gijón de este año en la charla El armario de los monstruos: otro panorama del terror en España. ¿Podrías comentarnos tu opinión cómo se encuentra el género en estos momentos?

Es un tema recurrente, el del terror en España, al que me enfrento cada poco desde que empecé a publicar y puedo reunirme con otros autores. Yo no lo circunscribiría exclusivamente al terror, sino a toda la literatura española que surge de autores jóvenes de los que no presentamos programas de la tele ni cantamos ni salimos a insultar a los demás. Existen una cantidad y una calidad de autores españoles pujantes que podrían dominar el mercado fácilmente si las librerías y sobre todo el público consumaran una apuesta en este sentido. Sin embargo son pocos los que aún se atreven a decantarse por un libro español de un autor apenas o nada conocido, en lugar de ir sobre seguro con el título prefabricado del famoso de turno.

11.   Acabas de terminar la corrección de tu siguiente novela, que saldrá el año que viene. ¿Podrías adelantarnos algo sobre ella, como el título, por ejemplo? ¿Entra más en novela de terror o será de nuevo esa mezcla de géneros que se te da tan bien?

Estoy trabajando en una novela de terror policíaco que, con suerte y si todo va bien, podría aparecer en primavera. No voy a contar mucho más porque como siempre, es mucho mejor afrontar un misterio sin saber de qué trata. Llevo tiempo puliéndolo y limándolo y si todo sale como espero será uno de los trabajos de los que esté más orgulloso.

12.   Como autor residente en las Islas Canarias, ¿cómo llevas el tema de la promoción en la península? Porque te vemos en muchos eventos por toda España y conseguir acudir a tantos no debe ser sencillo.

Tengo la suerte de contar con un programa del Gobierno de Canarias, que se llama Canarias Crea, que facilita en cierta medida que los autores de aquí salgamos a promocionar nuestros trabajos fuera. De esa manera puedo paliar en parte la limitada distribución que algunas editoriales canarias mantienen fuera de las islas, aunque no siempre el hecho de estar en muchos actos o presentaciones es suficiente para dar a conocer mis novelas. Seguimos trabajando en ese sentido y así el próximo 3 de septiembre visitaré Valencia y en octubre, espero, Barcelona y Madrid.

Muchas gracias por contestar esta entrevista para Ultratumba ¡te deseamos mucha suerte con tu próximo libro!

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